Entrevistas, entrevistas, agh! extres e.e ( Chad )

No pude evitar reírme cuando ví lo que hacía para llamar la atención de uno de los camareros. Lo más curioso de todo fue que dio efecto y uno de ellos se acercó como una centella. El ataque de risa se acentuó y tardé un poco en controlarme para pedir algo, lo que molestó en gran medida al chaval que nos intentaba atender. Tosí un par de veces antes de hablar.
-Una cerveza-logré decir. Cuando el camarero se fue, le lancé una mirada incrédula a Maggie, aún con una sonrisa de sorna en los labios-. A cada segundo que paso cerca de tí-le dije mientras esperábamos que el camarero regresase con lo que le habíamos pedido-logras sorprenderme.
Saqué la cartera para pagar.

-Pues...-comencé a decir, pero decidí que era mejor no jugar con aquel tema que no sabía cómo se iba a tomar. Si a ella le apetecía no discutir durante un rato al menos, no iba a ser yo el que volviera a darle un motivo para meterse conmigo.
Hice algo parecido a unos pucheros cuando logró pagar ella. Me guardé la cartera de nuevo en el bolsillo y me dediqué a mirarla con los ojos entrecerrados durante un breve momento. Después dí un breve trago a mi cerveza. El camarero por fin se fue, aunque seguía un poco quemado por el tema de que me hubiese invitado.
-No tenías que haberlo pagado-di unas vueltas al vaso, fijándome en el contenido-. Ahora te deberé una cajetilla y una copa y vas a tardar más en perderme de vista.

-Lo único que me verás hacer será ponerme la chaqueta de cuero-rezongué en voz baja, carraspeando un poco. ¿Por qué todo el mundo se metía con mi pelo? Parecía que tenía imán para las burlas o algo parecido-. ¿Qué le pasa a todo el mundo con mi pelo? De todos modos, gracias por invitarme.
De repente, se impuso un silencio comparable al de un cementerio. La iluminación se centró en el pequeño escenario en el que unos minutos antes había actuado yo. Me acomodé sobre la barra y apoyé la cabeza sobre los brazos. Me fijé en Maggie, que parecía a punto de dormirse. La piqué con un dedo y me acerqué para susurrarle.
-No te duermas. Quién sabe. A lo mejor te sorprende la actuación-comenté con una sonrisa de medio lado.