When you get (Mayre)

No hacía mucho frio ni mucho calor. Y eso me estrañaba en esta época en la que no podrías estar más de cinco minutos en la calle sin que te helaras.
Y solo tenía dos formas de pasar la tarde. Dormir, hacer limpieza o salir a pasear. Asique como no, escogí la última. Caminé sin sentido hasta que me cansé. Me hacía bien tomar aire fresco o ese decían los médicos. ¿Y qué mejor aire fresco que el de la playa?
Bueno, claro, quizás podría ponerme a escalar una montaña, pero no había muchas ganas sobre todo, teníendo en cuenta que mi primera idea de la tarde era quedarme durmiendo comodamente.
Miré la arena y las olas que se metían dentro de la playa. Sonreí y me quité las gafas colgandolas del cuello de la camisa. Me acerqué al agua y hundí una mano en ella para lavarme la cara y no parecer tan cansado.
Cada vez me tiraba más y más tiempo ensayando para nada, parecía como que no me veían y mira que me esforzaba por dar el pego...pero nada, que ni uno de los managers que se encontraban por la ciudad no me veía. A lo mejor con señales luminosas...
Resoplé sacudiendo la cabeza como los perros para que no me molestaran las gotitas de agua por toda la cara y metí las manos en los bolsillos delanteros para seguir andando cerca de la orilla.

Había decidido ver más la ciudad. La otra vez me había perdido, pero no permitiría que me volviera a pasar eso, por eso fuí lista e instalé un GPS en mi móvil. Sólo por si las moscas...
Iba vestida con un vestido blanco y negro; y, para que no se me metiera arena por las botas, las llevaba en la mano mientras me echeba el flequillo hacia atrás y dejaba que el viento jugara con mi ahora melena castaña.
Las Ray Ban aviador negras hacían que el paisaje fuera más oscuro, pero también más veraniego, y eso que estábamos en otoñinvierno, como yo llamaba aquello. Aish, el cambio climático...
Suspiré cambiando de canción de mi móvil y poniendo alguna canción de McFly o los Beatles, la verdad es que últimamente me pasaba el día escuchando música y cantando por lo bajo. ¿Y así iba a aprovechar todo mi potencial?
A los sitios a los que había ido en Hollywood, a ninguno había parecido interesarle mi música. ¿Pero eso qué más daba? La voz era mi fuerte, y nadie sabía aprovecharlo. Así jamás podría encontrar un representante y hacer ver al mundo de lo que era capaz.
Comencé a pasear descalza por la orilla, aburrida. ¿Y si me iba a casa y me ponía de turrón hasta que engordara dos tallas? Al fin y al cabo, los supermercados ya habían empezado a venderlos... Y a mí me gustaba el turrón Suchard...

Miré el mar. Tenía unas ganas horribles de meterme dentro, pero claro eso me arriesgaba a sufrir una lipotimia y bastante tenía yo con la hipoteca...no tenía mucho que ver pero que más daba.
Me alejé un poco de la orilla, para dejar pasar a dos niños pequeños que corrían uno detrás de otro y relajé los hombros escuchando como cantaban villancicos. Me rasqué la frente mientrás seguía caminando mirando a los dos niños pequeños.
Era navidad, y no era muy dificil de ver teniendo en cuenta las luces que adornaban todas las calles; la música que siempre estaba puesta, los niños pidiendo dinero por cantarte un villancico desafinado con una pandereta y las comidas familiares. Por lo menos aún no tenía que ir a ninguna y me ahorraría el tema sobre que tal me iba con mi sueño de ser bailarín muldialmente conocido. Mi padre me diría respondería con un: "Ya te lo dije" y mi madre intentaría animarme a que volviera a casa por Navidad...como el turrón.
Desvié por fín la vista de los niños y me giré para continuar andando, pero volví a encontrarme de frente, esta vez con una chica que llevaba la música...quizas, excesivamente alta, podía escucharla desde aquí. Para no tropezar con ella me desvié hacía un lado; pero al mismo que ella y así hacía el otro. Me reí entre dientes al ver la situación.

Iba caminando hasta que me encontré con un chico rubio. Alcé las cejas incómoda y me aparté para dejarle camino y, así continuar el mío; pero, él también hizo lo mismo y se apartó hacia el mismo lado que yo durante tres veces consecutivas. Me quedé quieta con una mueca en la cara y rascándome la nuca, sonriendo de medio lado por la estúpida situación.
-Lo siento, pasa -dije quitándome un auricular.

Me reí y sacudí la cabeza mientrás me movía hacía el lado que me dejaba libre. Asentí con la cabeza, de nuevo con las manos en los bolsillos y una sonrisa divertida en la cara.
- Gracias.- dije agachando la cabeza y dando dos pasos hacía delante. Pero me quede un minuto quito y volví a girar sobre los talones hacía ella.
- The Ballad of Paul K...¿otra que adora a McFly?- bromeé con una sonrisa que mostraba todos los dientes. Nuevo grupo de moda, o mejor dicho, nuevos tios de moda.
La miré disimuladamente de arriba a abajo y me acerqué con una sonrisa y la mano derecha extendida.
- No nos conocemos...soy Marc.

Di un paso hacia adelante cuando me pasó de largo pero escuché que me hablaba de nuevo y alcé las cejas, girándome para mirarlo con una ceja arqueada. Asentí sonriendo de medio lado un poco y extendiendo mi mano derecha a la suya, no antes sin pasar las botas de aquella mano a la izquierda.
-Sí -murmuré asintiendo curvando los labios y estrechándole la mano.
Aunque fuera un saludo que yo usaba mucho, me parecía bastante masculino para un chico, pero no hice nada al respecto, al fin y al cabo era un desconocido.
-Yo soy Mayre -me presenté.

Sonreí y le estreche la mano con cuidado y luego devolví las manos a los bolsillos del pantalón que se cayeron un poco más.
- Un placer.- carraspeé un poco al haberme quedado en silencio y miré hacía la playa vacia. Arrugé el ceño.
Con rapidez le robé el casco que se había quitado y me lo coloqué con una sonrisa ladeada, asentí con la cabeza con gesto de concentración total. Después me lo volví a quitar dejandolo colgando en el aire y sonreí a Mayre.
- McFly y los Beatles. Extraña combinación.- bromeé mientras intentaba, quizás, de recordarla de algún lado. Pero nada.

Alcé las cejas mirándolo algo impresionada por aquel pequeño gesto, pero, de hecho me resultó graciosa y sonreí de medio lado.
-Bueno, hay que escuchar los grandes éxitos de otras generaciones, pero también cosas nuevas, ¿no? -alcé las cejas, sonriendo.

Me reí y asentí esuchandola. Bueno, yo era más de los Rolling, pero para gustos los colores.
- No esta mal; hay que culturizarse musicalmente...- respondí sonriendo y me acomodé la capucha de la sudadera para que dejara de salpicarme el agua de la playa.
Saqué una cajetilla del bolsillo y saqué dos cigarrillos tendiendole uno a ella. Lo mantuve caído sonbre la boca y sonreí sacando el mechero.
- Me suenas de algo...- comenté entornando los ojos. Llevaba un rato pensando pero nada; me rasqué la nuca y sonreí a Mayre dejandola el mechero.

Negué con la cabeza, cerrando la cajetilla de cigarros y haciendo una mueca.
-Tentador pero... -sonreí- No, gracias, me costó dejarlo.
Hice una mueca y dejé ver mi cara, poniéndome las Ray Ban en la cabeza como una diadema.
-¿Sí? Tú a mí no -dije, sinceramente, alzando las cejas.

Me encogí de hombros y lo guaré encime el mio y guardandome el bolsillo tanto el cigarro como el mechero. Me reí entre dientes, no era muy dificil pasar desapercibido.
Me quedé pensando un momento.
- Ah, ya sé de donde.- me acordé al ver que se quitaba las gafas y sonreí.- ¿Tú eres la cantante?¿La qué fue a Le Gaudí hace una semana?- pregunté alzando una ceja no muy seguro.

Abrí la boca para decir algo, pero me quedé callada y sonreí, asintiendo con la cabeza y extendiendo los brazos como "Aquí estoy".
-Sí, la misma. Bueno, sólo he ido una vez; pero sí.

Genial, bueno, por lo menos no me había confundido. Cogí el cigarrillo y le quité la ceniza que sobraba mientrás hacía una mueca divertida.
- Bueno, pues más vale que te sientas halagada.- dije haciendome el interesante.- Debístes de hacerlo incriblemente bien para que te recuerde.

Sonreí sintiéndome halagada y me rasqué la nuca.
-Gracias, ya te repetiré el número alguna vez, si quieres.

FDR: Me voy, hasta la noche, Bye!

Sonreí maliciosamente levantando una ceja con curiosidad y me mordí el lateral del labio inferior.
- Entonces...¿puedo pedirte una cita con la escusa de que quiero verte cantar?- pregunté abiertamente, echando los hombros hacía atrás con toda la naturalidad del mundo.

Lo miré con una ceja alzada y sonriendo de medio lado. Vaya, más directo y no nace... Fruncí el ceño, poniendo morritos mientras me hacía la pensativa. La verdad es que los chicos atrevidos, me gustaban... Alcé mi dedo índice al cielo, como si fuera a caer un donut de él.
-En el hipotético caso de que hagas lo dicho anteriormente -dije enrollándome como una persiana y algo sabiondilla, bromeando, claro está- aceptaría, o eso creo -sonreí de medio lado.

Sonreí de oreja a oreja divertido y tiré el cigarrillo a la arena cruzando los brazos sobre el pecho mientras se hacía la listilla.
- ¿O eso crees?- la pregunté con una sonrisa. Abrí la boca para decir algo inteligente pero un dedo golpeó mi hombro y al girarme ví a un tipo con traje de policia que sacaba una libreta. Me preguntó por el cigarrillo que acababa de tirar en zona publica y me ofreció con educación una bonita multa de unos cuantos dólares. Resoplé y miré el papel entre mis dedos. Genial, horas estra.

Contemplé la escena conteniendo una risita por el atasco que se había llevado y me tapé la boca con la mano, mirando disimuladamente hacia otro lado. Cuando lo vi con el papelito de la multa en la mano, me acerqué curiosa a ver de cuántos dólares era y alcé las cejas, mirándolo divertida.
-Deberías plantearte seriamente una terapia psicológica de esas para dejar de fumar -bromeé, sacando la cartera de mi bolsa y dándole el dinero de la multa. Ciento veinticinco dólares... Bueno, no estaba para regalar el dinero a cualquiera, no porque no tuviera, sino porque no debería, pero, ¿qué haría yo con 125$ a parte de gastarlo en caprichos estúpidos? Sonreí tendiéndole el dinero- Acéptalo y no me lo devuelvas. Me basta con un café.

Sonreí observando el dinero. La volví a observar...parecía una adolescente normal y no muy pija como para llevar 125$ en la cartera. Arrugé el ceño; no solía aceptar el dinero de la gente por las buenas.
- Bien...hagamos una cosa...- dije llevandome una mano a la barbilla.- No te devuelvo el dinero, pero a cambio...una cena. En La Nota Dorada, ¿la conoces?

Alcé las cejas, sonriendo divertida y, aún con los billetes en la mano, mirándolo pensativa y con los ojos entrecerrados.
-Mmmm... No, me mudé hace dos meses pero... -sonreí más aún- Para eso estás tú. Para llevarme. ¿No? -alcé las cejas, mordiéndome el labio inferior por la esquina.

Me reí y asentí con la cabeza. Saqué el movil del bolsillo y lo encendí.
- ¿Te llamo entonces? Así, si no quieres venir, solo tienes que dejar que suene...aunque no te lo recomiendo. Soy un día genial.- dije con falsa modestia.

Le arrebaté el móvil de las manos y sonreí.
-Siempre cojo el teléfono. Pero como me hagas la putada de llamarme antes de la una y media, que es mi horario de dormir... Te cuelgo -avisé alzando una ceja mientras le ponía mi número de teléfono.

Me metí las manos en los bolsillos del pantalón y sonreí llevándome un dedo a la sien y dando un golpecito.
-Intentaré recordarlo.- bromeé recuperando mi móvil y guardándolo de nuevo en el bolsillo junto a la multa, que la miré una última vez y doblándola siguió el camino del trasto.
Al meter la mano comenzó a vibrar mi móvil. Me disculpé con la mano y después de unos segundos escuchando a mi jefe que me gritaba que dónde estaba (no recordaba que estoy en horario de comida) me dijo que o estaba allí en cinco minutos o me despedía del puesto.
Colgué con una mueca y me giré hacía Mayre. Sonreí y me acerqué para darla dos besos en la mejilla. La miré con malicia, divertido y me separé.
- Entonces te llamo. Ahora me juego mi empleo, asique tengo que irme...- hice una mueca y me dí la vuelta.- Hasta pronto, May

Me despedí de Marc con una pequeña sonrisa divertida y luego me giré, caminando un rato por la playa hasta que decidí irme.