Por la playa ( Chad)

Hacía un buen día, así que me había decidido a pasear por la playa. Iba descalzo, y la arena que me rozaba me hacía cosquillas. En la mano en la que no llevaba los convers, estaba intentando envíar un mensaje con mi móvil que parecía haberse vuelto loco de repente. Me dí por vencido y guardé el dichoso aparato en el bolsillo del pantalón. Miré a mi alrededor, parecía que no había nadie en toda la playa, así que aproveché para estirar un poco los brazos.

En ese momento me pareció oír un grito, algo como "cuidado" y una chica paró su cuatriciclo justo antes de llegar a atropellarme. Se bajó y comenzó a disculparse.

-Tranquila, no ha pasado nada, estoy bien-dije, intentando calmarla-. Menudo susto que me has dado. Soy Chad.

-Encantado, Megan-le sonreí, para mostrar que no me importaba nada el incidente con el cuatriciclo- Y ¿qué te trae por la playa, a parte de ese intento fallido de atropello?-pregunté como broma, para relajar a Megan, que parecía un poco tensa después de todo aquello.

-Vamos, que sólo era una broma, no es como si te guardase rencor ni nada de eso-me senté en la arena, llevaba un buen rato caminando y me apetecía descansar las piernas un poco. Le hice una seña a Megan para que se sentase conmigo-. Así que te gusta surfear, ¿eh? Yo todavía no sé, pero la verdad es que me gustaría aprender algún día-aunque, bien pensado, igual no se me daba bien lo de mantenerme sobre la tabla en medio de tanta ola... bueno, habría que intentarlo o nunca lo sabría.

-Esa sí que es una buena idea-dije, encantado con la perspectiva de aprender a hacer surf-. Me encantaría que me enseñases alguna vez. Aunque igual soy un poco patoso con el tema de la tabla... y el de las olas... ya sabes-dije riendome de mi propia torpeza.

La miré con una mezcla de cara de indignación y de estar conteniendo la risa, ya que me estaba imaginando cayendo al agua desde la tabla de surf y de cabeza. Se fue a por unas gafas de sol, mientras que yo tuve que poner la mano a modo de visera para que no me molestase la luz.

-Tengo diecinueve. ¿Y tú?

-Muchas gracias, mami-dije, como respuesta a su broma, cuando me pasó una gorra del Starbucks, para que el sol no me diese directamente en la cara. Miré el diseño durante unos segundos y luego me la puse, ajustando la cinta para que me quedase bien.

-¿Vives por aquí, Megan?

-Hay una lista demasiado larga para decirte todo lo que me gusta hacer-me pasé una mano por la cabeza. Podría contar los videojuegos, pero, por supuesto, lo que más me gustaba era la música-. De vez en cuando, me dedico a componer canciones y a tocar-comenté, mientras hacía distraídamente el dibujo de un pentagrama en la arena y le colocaba un par de notas para después borrarlo de un manotazo-. Te toca. Cuéntame algo de tí.

-¿De verdad?-pregunté, contento de encontrar a alguien que le gustase componer- ¿Cantas y todo eso? Es genial.
Me sonrojé un poco con su pregunta sobre si tenía novia y me tapé la cara como pude con la gorra que me había dejado antes.
-Algo así, supongo. Es una persona especial.

-Se llama Poppy-confesé, aún con la cara tapada con la gorra, ya que creía que me estaba sonrojando aún más si era posible-. Siempre hemos sido amigos y bueno... creo que siento algo por ella.

-Cambiando de tema-dije, dando un salto y poniéndome de pie-. Dices que cantas, ¿no? Me gustaría oírte alguna vez. Quien sabe. Igual y podemos tocar algo los dos juntos-sonreí.

¿Así que Poppy era la mejor amiga de Megan? Me quedé sorprendido un rato. Eso si que había sido una casualidad y de las grandes. Por el momento, mejor seguíamos con la conversación sobre música, que era algo más amena en ese caso.

-Claro que sí. Yo soy guitarrista y también me defiendo con la batería-expliqué, contento-. Podríamos componer algo interesante si nos esforzamos.